Algunas de nuestras mascotas son más bien caseras, se estresan al salir a la calle o ya están mayores. De ahí surgió la idea de retratarlas «en su ambiente».
Un gato enroscado en su sillón favorito (o sea, el tuyo), un caballo en su terreno, tu perro retozando en la cama, un periquito que campa a sus anchas por casa… Son sesiones igual de distendidas y espontáneas que en el estudio pero más cómodas para ellos.
Muy recomendable para gatetes y mascotas exóticas.